Charla entre mates - X -

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30 marzo 2010

Mi maquina del Tiempo
Una sonrisa estúpida y una mueca en su boca. Enfundó su revolver, escondiéndolo bajo el saco, me miró por última vez y el viejo se fue. No estaba tan avejentado y tenía espalda de ropero, caminaba como cargando el mundo en sus hombros, sin arrastrar los pies y a paso firme iba rumbo a su oficina. Ciertamente me recordaba a algún actor o algún famoso.
En cuanto a mi bella dama, el amor que alguna vez tuve por ella se desvaneció en un instante. Mis amigos me hubieran dicho que yo estaba caliente con ella, que fue calentura del momento, pero puedo asegurar que si existe corazón del de las poesías en algún lado, eso era amor, che.

La calificada sacó su revolver apuntándome a la cintura y con un gesto me indicó que camine. Y eso hice, caminé y la seguí, solo que esta vez yo iba adelante. Con mi impotencia y mis lamentos.
No nos encontrábamos lejos de la oficina y debo confesar que cruzó por mi cabeza la idea de salir corriendo, buscar alguna salida y mediante el mayor golpe de suerte de mi vida salvarme. Pero rápidamente caí en cuentas que nada de eso era posible, de poder escapar de ella, centenares de otras gentes vendrían a mi captura. Cualquier intento de huida cobarde quedaba descartado por el simple hecho de ser imposible.
Llegamos a la oficina, pasó la tarjeta que le había dado el viejo e ingresamos. Ahora bien, eso no era una oficina, era un palacio y encima blanco, dando la impresión de ser más grande todavía. Lo que me llevó a pensar que no entendía la arquitectura del edificio —otra cosa más entre tantas.
—Sentate pibe, ¿querés tomar algo? —dijo una voz lejana y serena que se acercaba lentamente— Un café, un (mate) verde, ¿Té?
—No se, sebate unos mates entonces, así tenemos más tiempo para hablar, porque no entiendo un carajo de lo que está pasando acá —dije sin pudor alguno.
—¡Ah! —Exclamó mientras se contorneaba para luego mirar a la recepcionista— Chiquita, prepará unos mates, hacé el favor, que vamos a tener para rato me parece. Así que vos querés saber lo que está pasando y... —Acercandose mucho más hacia mi— ¿No tenés ni una sola pista de dónde estás parado? ¿Acaso no sabés quién soy? Mirame bien pibe... ¡Cómo te vas a olvidar de esta beshesa de cara!
Eso era, en ese momento me di cuenta, no quería creerlo pero eso era.
—¡No te lo puedo creer! La puta que te parió, vos sos —y ahora empezaba a entender algo— el mecánico.
—Al fin pibe, ya estaba empezando a pensar que eras por demás de estupido. Tampoco era tan difícil.
—Bueno, pero tenés canas, la cara más arrugada y ayer te ví en tu taller lleno de grasa, sucio y desprolijo.
—Lo que pasa es que ahora tengo otro laburo, soy el dueño de una importante empresa, por no decir la única. En realidad no trabajo, a decir verdad mi trabajo consiste en que los demás trabajen. Yo no hago básicamente nada. Soy como las llaves del auto: Podés tener el último cero kilómetro, con los caballos de fuerza que se te ocurran, miles de pistones ronroneando en los cilindros del motor más grande jamás contruído, esperando acelerar en una ruta sin fin, viajar a velocidades increíbles en la ruta hacia el infierno, quemando goma, a todo trapo, ponés quinta a fondo, la locura del motor al límite... —Entonces se detuvo para decir— Pero todo eso de nada vale sin las llaves que lo encienden. ¿Me entendés?
—Sí, te entiendo, pero sabés que hay gente que arranca autos sin llaves —le dije altanero.
—No en este mundo pibe —dijo riendo— no en este mundo.
Quedamos en silencio. Había mucho más para decir, pero esas últimas palabras habían sonado tan verdaderas que daba miedo desmentirlas.

—Ya están listos los mates —apareció desde algún lado la ex-mujer de mis sueños— señor Midable.
—Nena, nena —quejándose le dijo— ¿Cuántas veces te voy a tener que decir que me tenés que llamar Gran Hermano?
—Sí, perdón señor... —dijo ella mientras agachaba la cabeza— Gran Hermano.
—Che —le dije mirandolo—, que buen toque hacer referencia a la novela de "1984" y hacerte llamar "Gran Hermano".
—¿Qué novela? —dijo sorprendido— ¿Nunca viste el "Gran Hermano"? Ese programa en donde encerraban personas en una casa y uno los veía por la tele. Que buenos programas, eso era televisión de la buena. Después no lo hicieron más. Yo mismo intenté hacer uno el año pasado, pero a la gente no le gustó y fue muy mal en los ratings. Lo cancelaron y en honor a ese gran programa es que decidí apodarme así, tiene estilo. ¿O no?
—Claro —es todo lo que podía decir.
—Además estás muy confundido, no estamos en el año 1984, estamos en el año 2010.
En ese momento me paré bruscamente. ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Cómo es que estamos en el año 2010 y la ciudad luce futurista? Hasta el mismo mecánico que ayer vi hoy está más viejo, eso indica que hubo un paso de tiempo, unos cuantos años, cuanto menos. Entonces ahora iba yo a comenzar a hacer las preguntas correctas:
—¿Dónde queda el baño?
—No, te vas a tener que aguantar y explicarme que es lo que tanto te preocupa —me dijo tomándome del brazo izquierdo.
—Ok, bien, a ver —me senté, intenté tranquilizarme—; si todavía no me mataste es porque querés algo más de mi. Ok. ¿Qué día es hoy?
—Hoy es lunes.
—No, Gran hermano —interrumpió la mujer— hoy es martes, martes 16 de marzo de 2010.
—Mierda —debo decir que eso me exaltó bastante—, entonces quiere decir que yo ayer fui a tu taller mecánico. Vos de alguna manera pudiste utilizar la maquina del tiempo, hiciste algo en el pasado o en el futuro. Yo, debido al coso que nos implanta en el coso del cerebro la maquina del tiempo seguí viviendo en mi única linea temporal, ya que dos cosos no pueden estar en el mismo coso a la vez, porque crearían una paradoja en el espacio-tiempo. El coso que nos inserta la maquina lo prevé y asegura que nada de eso ocurra. El problema es que vos viajaste sin mi, yo desconozco tu realidad actual. Mejor dicho, soy la única persona en el mundo que sabe cuál es tu realidad y que esa verdad sea revelada causaría demasiados problemas. Por tanto es lógico que quieras verme muerto.
—¡Bueh! —dijo suspirando el mecánico— Al fin vas entendiendo algo pibe.
—¡Claro! —exclamé mientras llevaba mis manos a mi cabeza— Repetime tu nombre verdadero, por favor.
—Juan Carlos Midable
—Ya se lo que hiciste. Vos eras fanático de Ford. Ahora entiendo todo, le fuiste a hacer una visita al viejo Henry. Lo pusiste al tanto de todo y se hicieron socios...
—Ahí nació —dijo interrumpiéndome— la formidable "Ford-Midable". El viejo sabía montar cadenas de producción masiva, yo introduje algunas ideas que saqué del futuro, como el "Taylorismo", aunque le hicimos muchos cambios para que no haya ninguna crisis, el viejo era inteligente. Aunque yo también, de dónde te pensás que sacó la idea del "faiv dolar dei" —Five dollar day o jornada de cinco dolares, fue un ingenioso plan de Henry Ford para alentar a sus empleados a trabajar más arduamente, aunque en aparente menor tiempo, lo que hacía en realidad era explotarlos pagándoles un salario alto para que puedan comprarse aquellos automóviles que ellos mismos producían— Yo fui el de la idea, yo se la comenté.
—Técnicamente fue su idea, vos te adelantaste en el tiempo, no le diste tiempo a pensarla.
—¡Bah! Eso no importa, yo le fui llevando ideas, planos, le mostraba todos los planos azules, de otras empresas enormes, iba y venía del pasado al futuro y viceversa. Y cada vez me admiraba más con lo que veía: el mundo estaba transformándose, de a poco, en un lugar maravilloso. Cada vez que volvía al futuro, más me gustaba. Entonces, con más entusiasmo regresaba al pasado aportando ideas novedosas a Henry. Fue como un verdadero padre para mi, me enseñó mucho. Creo que sospechaba algo, porque a veces cuando hablábamos de hacer cambios, tomar nuevos rumbos y ser más agresivos en el mercado, me proponía que yo piense como innovar, que yo tenía visión para esas cosas. Ahora me da lástima el viejo, nunca le dije nada porque hubiera sido peor. Mejor fue dejarlo vivir en su era y cada tanto hacerle una visita. El viaje más triste fue cuando llegué un 7 de abril del '47. Entré a su casa, despacio, para no alarmar a nadie porque ya era de noche. Recuerdo que todo estaba iluminado por velas porque se había cortado la luz, llegué a su dormitorio, me senté en la cama junto a él, tomé su mano y me acerqué a su oído sin que la esposa se diera cuenta. Entonces le dije que esa noche se iba a morir. Abrió los ojos con odio mirándome fijo, apoyó su cabeza contra la mía, parecía furioso, entonces me dijo "Más de Ford Ka", el pobre viejo seguía pensando en el laburo hasta el día de su muerte —no quise explicarle que muy probablemente sus últimas palabras hayan sido en realidad: "motherfucker"— en ese momento estábamos fabricando esos autos, muy adelantados en el tiempo ibamos, como verás.

Finalmente empezaba a entenderlo todo, todas las piezas se ubicaban en su lugar. Ahora restaba saber qué iba a pasar conmigo, pues si aún no me había asesinado, merecía una buena razón de ser el que yo siga respirando. Por alguna extraño motivo pensaba que aún podía convencerlo, de llegar a un acuerdo. Se había mostrado más clemente al contar su historia con Henry Ford, hasta sus ojos estaban brillosos. Pensaba que quizás tenía una posibilidad de salvarme y me aferré a esa posibilidad.
Es como digo siempre: Nunca se sabe.


7 Comentarios

Voy a hacer el primer comentario. Para defenderme del linchamiento que se viene... jaja
Si escribí una biblia en este capitulo fue porque muchos me dijeron que lo estaba haciendo muy corto, por tanto, decidí incluir algunas cosas más... Y entre cosa y cosa salió ese chorro de letras...
Espero que haya gustado. (En el hipotético caso de que alguien lo haya leído todo... jaja)

 30 de marzo de 2010, 2:52 a.m.

Pos sí, yo lo he leído tó, de pe a pa. No sé si eso ya estaba en er borradó "originá" o lo has incluído posteriormente pa haser er relato más extenso, pero me encantó el simil de las llaves del coche y er poder de uno sobre er resto. Mu güeno, sí señó.

En cuanto a la razón de por qué er mundo es asín ahora, ya me imaginaba que er mecánico der tallé tenía argo que ver en er asunto (no me acababa yo de fiá der tipejo ese). Hombre, ¿una máquina der tiempo en tus manos y no le das uso?

Me he enterao que la historia consta de 12 post. Asín que aquí estaremos esperando, ar pie der cañón. Un saludo y güen trabajo ;)

 30 de marzo de 2010, 6:34 a.m.

Bueno, bueno... como buena seguidora del blog y como legal que soy... HE LEIDO TODOS LOS CAPÍTULOS!!!!!

bueno, la verdad que me ha gustado, no se me ha hecho ni largo ni pesado leerlo... todo lo contrario, porque justo donde pensaba que iba a estar encaminado por una lado... Zas!!! le distes un giro que me llevastes a tu terreno lietrario!!!jejejeje

sólo puedo decirte que.. tela telita con el mecánico, y con la calificada!!!! ainsss... las de cosas que suceden!!!!

rápido con el siguiente capítulo que ya que me puse al día... quiero saber como termina!!!!

Felicidades por tu escrito!!!!

Besos grandes, grandes!!!!

 30 de marzo de 2010, 7:06 p.m.

Jaja Me alegra que lo haya leído todo Plank!! Así da gusto!
Aunque debo decirle que no hay "pes" ni "pas" escritos... jeje
En realidad había muy poco escrito en este (En los cuatro últimos había poco escrito). Agregué bastante porque por un lado quedaría mucho mejor y por el otro porque me "invitaron" a hacerlo, además de tener un fiel lector apoyando el proyecto (lease Planck)
Fue por varias razones...
El símil de las llaves lo escribí al editarlo, me alegra que le haya gustado :)

Sí, en cuanto a eso no había mucho misterio porque al principio solo había dos personajes: el mecánico y yo. De manera que no podía ingeniar nada. Aunque mi otra opción era que alguien se la haya robado, pero de todas formas la idea desde el principio siempre fue que un mecánico fanático visite a Henry Ford (por el tema de haber creado la producción en cadena).
Algo que estoy pasando por alto: En Argentina existe el TC (Turismo Carretera), TC 2000, entre tantas otras competencias de carrera de autos. Corren los domingos y hay mucha gente fanática de este deporte. Yo, de hecho, no lo soy, prefiero la F1...
Por otra parte, existe mucha rivalidad entre los fanáticos de Ford y Chevrolet (yo prefiero Chevrolet, aunque sin ser fanático) algunos hasta se lo toman muy personal, como si fueran hinchas de fútbol. A propósito, usted de que club es hincha (fanático)?

Efectivamente, son 12 capítulos/post, así que ya termina... Me alegra que haya continuado hasta el final :D

Muchas gracias!!
Saludos!!


* * *
[Luna me llegó el comentario que hiciste al mail pero no aparece publicado en el blog. No se si lo borraste por accidente o se borró solo (?)
En cualquier caso, decime si queres que lo publique, lo tengo guardado...
Besos!!]

 31 de marzo de 2010, 2:06 a.m.

Como que no aparece??? sigues sin leerlo??? porque... yo lo veo y lo leo justito encima del tuyo!!!!!!!

Necesitas gafas??? O...ese misterio forma parte de tu historia???jejeje.

Aun así... yo lo leo, pero si vos no... publiquelo, no tengo nada que ocultar... jejejejeje.

Besos y... voy a leer un ratito!

 31 de marzo de 2010, 7:18 a.m.

Pos ahora que lo pienso no soy fanático de ningún equipo o club, me gusta solo un pokémon er deporte en generá, pero no me suelo decantá por nadie. Er que juega mejón suele llevarse mis aplausos. ¿Soy raro? Normá, soy de otro planeta ;)

 31 de marzo de 2010, 1:36 p.m.

Luna jajaja que locura!! Antes no salía tu comentario y sin embargo me había llegado el mail. Lo comprobé mil veces con mi navegador actual, Chrome y con Firefox, por las dudas, pero no, por más que le daba a actualizar o haga lo que haga no leía tu comentario!! Tenía pensado publicarlo de todas formas porque me pareció que estaba muy bien, pero por las dudas pregunté antes... jeje
No vaya a ser que tengas algo que ocultar... jaja

Pero en fin, ahora que leí tu comentario en el blog voy a responderte :D
Muchas gracias!! No puedo creer que te lo hayas leído todo de un tirón! jaja
No te das una idea de cuánto me alegra eso... Y mucho más si te ha gustado... jajaja
Faltaban tus comentarios Luna!! jaja

Muchas gracias!!
Besos enormes!!



Planck No se por qué pero pensé que eras fanático de algún club, no se si es por algo que leí en uno de tus post o simplemente lo imaginé :P
De todas formas está bien, no tiene nada de malo... Pero sí es necesario ser de otro planeta para que no seas hinchas de un club... jajaja

A mi me gusta bastante el fútbol (de más chico era absolutamente fanatico), soy hincha de Rosario Central. Con equipos de España siempre fui de Barcelona y de Italia de la Juventus. No se bien por qué razones, pero desde chico me gustaron esos equipos (estoy hablando desde más de 15 años atrás).

En fin, era eso nomás... jeje
Saludos!!

 1 de abril de 2010, 4:45 a.m.
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