Cuando me despierto por la mañana acostumbro a tener ciertas «ideas», frases, diálogos, etc. Lo que hago es intentar escribirlas rápidamente en mi móvil (hace tiempo usaba birome y papel) porque algunas veces se tratan de «buenas ideas» o al menos que me hubiera gustado recordarlas luego de levantarme, restos oníricos y demás. También puede darse el caso de despertarme en medio de la noche o justo antes de dormirme.
De todas formas, no siempre funciona de la mejor manera. Al no encontrarme en un estado lúcido (en otro lugar tocará discutir si en algún momento del día lo tengo) suelen colarse pensamientos raros, frases bizarras, palabras extrañas y planteamientos extravagantes, en el mejor de los casos.
Hoy por ejemplo escribí:
- "No soy más que un sujeto movido por una fuerza propulsora de la vejiga".
Pero luego también escribí algo que no está tan mal. Motivado plenamente por haber visto la noche anterior «Howl». Es una película que trata sobre una pequeña parte de la vida del poeta Allen Ginsberg (interpretado muy bien por James Franco) centrándose en su poema «Howl» (Aullido), una entrevista que le hicieron y el juicio al editor que publicó «Howl and Other Poems» (1956) por promover la obscenidad. Recomiendo verla. Sobretodo por el clima que crea la voz en off de la lectura del poema por parte de James Franco sobre animaciones que «van interpretando» lo relatado.
Esto otro que escribí, tiene algo más de «consistencia» y no me parece tan malo.
A la noche ha llegado el éxtasis divino, sin anunciarse. Desprovisto de lógica, turbando mentes adormecidas en cuerpos exaltados, buscando placer en los escombros de la fantasía etílica.
Un santo comentario tiene prioridad al fondo de una botella, embarcándose en un mar de ideas metafísicas para componer el diálogo tardío e inevitable de las inhibiciones del lenguaje a altas horas.
Amanecer, pronto a anunciarse. Sirenas silenciosas marcando el momento en que se dan los puntos finales. Dios. La vida y la muerte. Sexo. El fin.
Desde ya, solo digo que está motivado por la película, en ningún momento insinúo acercarme a poner ni una coma como Ginsberg. De hecho, poco tiene que ver.
En fin, como siempre recomendé y recomiendo, hay que dejar siempre algo a mano para anotar lo que venga a la mente cuando vamos a dormir, antes de ponernos a soñar o luego de haberlo hecho.