En el Banco de una Plaza

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17 abril 2010

Banco de Plaza Blanco y negroLa esperé en la plaza, muy a pesar mio, pues los bancos de esa plaza están demasiados juntos y generalmente uno termina escuchando conversaciones ajenas, cosa que detesto. Como ya es costumbre ella se había demorado, así que me senté a esperarla en un banco de la plaza. Hacia mi derecha se encontraban tres viejas entretenidas en un dialogo vacío, actualidad vecinal y envidia nada sana. Cosas de barrio. En los bancos de enfrente había una madre con dos chicos de unos siete u ocho años, insoportables; corriendo de un lado al otro, gritando y pateando los pies a su propia madre que no sabía cómo sacárselos de encima. A su izquierda había un tipo de unos cuarenta años leyendo el diario, indiferente a la situación. Eso llama realmente la atención: Leía el diario para estar informado, para saber qué está ocurriendo en la actualidad, pero ni siquiera levantaba la vista un segundo para observar al mundo desnudo y crudo que bailaba sádicamente frente a sus ojos.
A mi izquierda tenía a dos viejos que discutían a muerte. "Que sí, que no", "que esto, que aquello", una charla interminable que jamás tendría vencedor. Pero como yo debía hacer tiempo, la mejor oferta era escuchar atentamente ésta última conversación.

—El problema —decía el viejo de boina que parecía ser mayor que el otro— es que los hombres antes buscaban fines teóricos, ahora solo buscan fines prácticos. Fines militares. Antes la guerra era una consecuencia. Ahora la guerra es la causa. El hombre aún se guía por su instinto. Es el hedor a sangre lo que sacia su sed. Pero aún quedamos algunos que preferimos creer que el hombre se mueve mediante sentimientos más nobles. Quizás sean sentimientos menos puros que el instinto, pero definitivamente más humanos. "La historia del hombre, es una historia de violencia" lo cito, porque seguramente alguien ya lo dijo. Y quien lo dijo, cuán acertado estaba.
—Es exactamente lo que te estoy diciendo —respondía el otro—, hoy el hombre se guía por el instinto, porque se ha demostrado a lo largo y ancho del mundo que las pasiones solo mueven masas torpes. Sabés muy bien que soy pragmático y ya estoy demasiado viejo y demasiado cansado como para detenerme a reflexionar cosas inaplicables. No me jodás... ¿O me vas a decir que vos lo haces porque así sos "más humano"? Esos cuentos enseñaselos a algún pollito, que recién salga del cascarón. Ya estamos viejos para seguir dando vueltas. La vida es una sola y si algo no conduce a nada. Pues ese algo será descartado.
—¡Pero bueno! Decime entonces: ¿Cómo es que sabés que ese "algo" no va a conducir a nada? —Protestaba el de la boina— Por más estúpidamente pragmático que seas en algún punto te vas a encontrar con cosas inutiles para tus tan mentados fines prácticos, pero jamás vas a saber qué cosa resultará útil. Y de todas formas ese no es el punto, si mi vida solo se tratase de hacer cosas útiles, por denominarlas de alguna forma, estaría totalmente condenado desde un principio. Que yo sepa, enamorarse es la cosa más inútil de la vida.
—¡Andate a cagar! Siempre que discutimos me llevás al mismo lugar. El amor es útil para la vida, tiene su practicidad —respondía enérgico el otro—, es útil en otro nivel.
—¡Claro, claro! —decía el de boina mientras sonreía— Las cosas pasan a ser útiles y practicas cuando a vos te convienen, no podés explicarmelo. Tan solo el amor, para vos, es "útil" porque sí. Que bonita respuesta, práctica y contundente, tal como la daría cualquier pibe de cinco años. Andá, preguntale a esos dos pendejos que le están pateando a la madre desde hace media hora; preguntale que por qué le están pegando. Te van a responder "porque sí" y cuando le digas que patearle a su madre no es algo útil te van a mandar a la puta que te parió.
—¡Vos te vas a la puta que te parió! —contestó el otro enojado— Yo no argumento como un mocoso de cinco años. No es un "porque sí" a todo. Cuando las cosas son practicas cargan el argumento, inherente a ellas por lo demás, del "porque sí". Decir que esto o aquello es práctico no necesita de más explicaciones y llegado el caso, un "porque sí" vale más que mil palabras. Además, el "porque sí" lo acabas de introducir vos, no lo hagas sonar como la vedette o el leitmotiv de mi razonamiento. No es justo quedarse con eso, mi argumento es otro, yo apunto a concentrarse en fines prácticos.
—¡Pero justamente! —decía el de boina, ahora enojado también— ¿Cómo mierda sabés cuando algo es práctico y cuando no? ¿Quién carajo sos para categorizar objetos y cosas? Si al principio una cosa no parace conducir a algo "práctico" quizás en algún momento lo haga, y si no lo hace, tampoco será un desperdicio de tiempo. Pues estamos atrapados en este mundo intentando vivir. Y la vida es un espectro demasiado amplio como para que venga un viejo choto como vos o yo a intentar poner límites. La vida no es práctica. Y esa es la paradoja del pragmatismo: Intenta buscar la practicidad desde algo nada práctico. ¿Te imaginás dónde estaríamos ahora si a los antiguos se les antojaba ser pragmáticos?
—Mucho mejor que ahora seguro...
—¡Bah! Con vos no se puede hablar —finalizó el de boina mirando al horizonte, tratando de pensar otro nuevo frente de ataque para librar otra batalla en esa guerra discursiva.

Ella llegó y tuve que abandonarlos sin poder escuchar como continuaba la conversación, que para cuando nos alejábamos caminando, había comenzado nuevamente. Ellos no eran filósofos, no eran científicos, no eran profesionales de ningún tipo, tan solo eran dos tipos hablando sobre la vida en el banco de una plaza.


5 Comentarios

Un diálogo con mucha más miga de la que parece, Memi. Excelente post. Un beso desde España en una noche lluviosa en todo el país.

 17 de abril de 2010, 8:25 p.m.

No son filósofos, ni científicos ni..ni... pero son personas que han vivido mucho y han aprendido buenas lecciones de la vida através de la experiencia. Sabrán mucho m´zs y conocerán bastante mejor que el recién filósofo, el recién científico, el recién...
La vida te enseña más que cualquier libro.


Besos grandes!!!



(Te avisaré cuando la tacita las tenga en mis manos, de todas formas... puedes ir mirando vuelos... jejeje)

 18 de abril de 2010, 1:31 p.m.

Meg Bueno, muchas gracias!!
Me alegra que te haya gustado :)
Y espero que hayas pasado bien el día con lluvia...
Besos!!


Luna A fin de cuentas siempre es así, la experiencia que se obtiene en la vida resulta ser incomparable...
Se podrán leer todos los libros que uno quiera, pero la realidad de la vida siempre tendrá otras "mañas" a las que con suerte llegaré a obtener de viejo... jajaja

Besos enormes!!

(Jaja Creo que tendré que empezar a mirar que vuelo podría tomarme... No veo de que otra forma pueda llegarte esa bendita taza! Jajaja)

 19 de abril de 2010, 12:10 a.m.

Me trae recuerdos de cuando vamos a los parques y lo que dice es verdad cada quien con sus historias unas constructivas y otras destructivas pero cada uno con cuento, al sentarse en estas bancas se observa el alrededor y las cosas que pasan que son el dia a dia.

 22 de abril de 2010, 3:45 p.m.

Bueno, me alegra que te haya gustado.
Es cierto, en los parques y plazas uno se encuentra con todo tipo de cosas y personas. Distintas historias de vida y demás...

Saludos!!

 22 de abril de 2010, 7:04 p.m.
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