Visita al mecanico - I -

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16 marzo 2010

Mi Maquina del Tiempo
Como todo lo bueno, dura muy poco.
Ayer estaba por emprender otro viaje en el tiempo y se desbarató mi maquina, se rompió un coso.
Entonces la llevé a lo del mecánico.
Caí con mi maquina al taller mecánico. Había unos pocos autos en reparación y no hay mucho que describir del ambiente, posters de chicas ligeras de ropa y desnudas, imágenes de autos y logos, todo de Ford. Seguramente el mecánico era fanático de esa marca. Lo demás estaba cubierto de grasa, las paredes alguna vez estuvieron pintadas de blanco y el olor era de un inconfundible taller de barrio.

—Hola señor mecánico... —Saludé muy cordialmente.
—¡Que hermosura de maquina que pegaste! ¿Que modelo es? —Respondió sin saludar, estaba absorto perdido en tan ficticia hermosura, enamorado de mi bella maquina.
—De este año y sí, es una joyita.
—¡Pah! Es una beshesa, ¿Qué problema tiene?
—No se, el problema está en el coso ese... —Dije, mientras señalaba la parte frontal de la maquina.
—Ah, si... —Decía mientras miraba y se rascaba la cabeza— Generalmente los cosos esos salen mal de fabrica. No hay problema, dame dos días y te lo soluciono.
—Uh... ¿Dos días? Pero es ese coso nomás...
—Sí, ya se. Pero tengo que conseguir el repuesto y cambiarlo. Es complicado, porque primero hay que sacar esa otra cosa, levantar esa parte, sacar el coso y meterle el nuevo. —Explicó mientras gesticulaba con sus manos.
—Ah, sí... Parece complicado, —Le dije, pero en realidad no había entendido nada— en realidad no entiendo nada. Pero si vos me decís que sabés lo que hay que hacer te la dejo y vuelvo en dos días...
—Sí, dame dos o tres días. Va a quedar como nueva.
—Pará, pará —contesté sorprendido y enojado—, me dijiste dos días hermano...
—Sí, más o menos... Pasa que hay mucho laburo ahora y no me quiero comprometer tanto. Vos andá tranquilo y no te hagas problema. —Me dijo mientras me palmeaba el hombro.
—Bueno, pero mirá que te confío la maquina.
—Si, no te hagas drama. ¿No querés saber cuanto te voy a cobrar? —Preguntó.
—No te hagas problema por la plata, vos encargate de arreglarla... —Respondí descaradamente, pues esa frase no saldría de mí, ni queriendola decir, pero curiosamente así lo hice.

Entonces volví a mi casa, dejé la maquina en lo del mecánico.
Pero a la noche no podía dormir, sentía que algo andaba mal. Dejé mi maquina del tiempo en el taller en manos de un hombre que podría viajar en el tiempo si descubría cómo hacerlo. Era algo muy peligroso.


3 Comentarios

Güeno, güeno, la cosa empiesa bien, con esa mescla de ficción (la máquina der tiempo mismamente) y una típica visita a un tallé de reparasiones. La cuestión es... ¿estará a sarvo allí nuestra máquina?

Excelente comienso, sigue asín compañero. Un saludo alienígena :)

 17 de marzo de 2010, 8:18 a.m.
Gisel

Me gusta!!! le tengo fe a esta historia!!!
Quiero la segunda parte... ahora!!! no confío en ese mecánico... ¬¬

Un beso Emi..! :)

 17 de marzo de 2010, 10:48 p.m.

Planck Bueno, muchas gracias... Me alegra que le haya gustado como empieza esta historia... Y me encanta que haya entendido la mezcla (porque esa es la idea)
No sabremos hasta el próximo episodio que ocurrirá mi amigo, siga sintonizando!! (???)

Un saludo interterrestre!


Gi Jajaja Bueno, muchas gracias!!
Estoy en eso, ahora voy a publicar la segunda parte... jeje
Nunca confíes en un mecanico!! jajaja

Besos!!

 18 de marzo de 2010, 3:30 a.m.
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