Ensayo de la Nueva Familia

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06 agosto 2010

Padres del mismo sexoEn vista de las nuevos logros de convivencia social (al menos en mi país, Argentina), quiero hacerme la idea que el siglo XXI nos trae una nueva forma de organización social. Algo tan revolucionario como esperado, al menos desde mi forma de ver y comprender las cosas.
La posibilidad del matrimonio igualitario trae consigo una nueva forma de familia. Adopción de un niño de dos personas del mismo sexo, que como tales, educarán al pequeño infante y lo verán crecer a la luz de un proceso revolucionario del que quizá poco sepan que participan, como padres, formando un nuevo ser social. Tal vez y con suerte, bastante menos prejuicioso que sus pares "normales".

Estos "nuevos seres sociales" no son conejillo de indias de una sociedad perversa. Son seres humanos que experimentarán una nueva forma de organización familiar, en donde los dos padres tendrán el mismo sexo. Este niño será criado en una familia distinta, según la representación social "contemporánea". No puedo hacer referencia a una "representación social actual" de familia, no sería correcto hoy día.
Más allá de que a lo largo de la historia hubo diferentes tipos de organizaciones familiares, en algunas partes del mundo hasta existen sociedades matriarcales. Aun así, me refiero a familias disfuncionales, padres separados, divorciados, con hijos de otra/s pareja/s, padres ausentes y demás. Por tanto sería hartamente incorrecto decir: "esta es la representación social concreta y única de familia". Digamos que hay una lábil convención de "papá, mamá y el hijito". Pongamos eso por familia, por ahora.

Hace no mucho tiempo el padre proveía lo necesario a la familia, él solo alimentaba y daba hogar a su grupo familiar, la mujer se quedaba en casa y el nene jugaba. Entrado el siglo XX eso era insostenible (revolución industrial y guerras mediantes), ahora era necesario además que la mujer (liberación femenina mediante) trabaje para mantener la familia de la misma forma que lo hacían antes. Eso fue toda una revolución, tal vez no tan percibida como un ataque a la familia. La mujer salió de la casa a hacer lo que tenía que (¿y quería?) hacer, y punto. Claro, en ese momento la preocupación era otra, en ese momento de "excelsa masculinidad" la mujer debía estar a los pies del "hombre de la casa".
[—¿Qué hace una mujer fuera de la cocina?
Está perdida.
]

Ahora el ataque a la familia viene desde otro lado. Mejor: desde dos lados. Por un lado se ve afectada nuevamente la masculinidad fértil del padre y por el otro la maternidad única de la mujer (queda claro que me refiero a parejas heterosexuales)
Vamos por partes. El padre murió a mitad del siglo XX, pues la fertilización in vitro hoy es tan cotidiana como conseguir el esperma directamente del envase (valga la vulgaridad de la expresión).
Ese hombre robusto, macho y fértil es reemplazado por obra y magia de las investigaciones y procedimientos hechos por otros hombres. Es decir, la medicina mató al padre. Cualquier madre soltera puede tener un hijo, basta una visita al banco de esperma. Bueno, en realidad hay todo un procedimiento, después de todo a los bebés no los trae la cigüeña.
Por tanto se puede quitar al padre de la ecuación. Al menos al contacto directo del padre, que tan solo pasó a ser un tubo de ensayo guardado en algún lugar para ser utilizado a gusto y piacere.

La madre en tanto goza de la única forma en que puede albergarse durante nueve meses un hombre en potencia (como diría Aristóteles). La mujer sabe que sigue teniendo ese poder.
Como se ve, la ecuación no es la misma. Al hombre se lo excluye de tal ecuación, la mujer, muy por el contrario es esencial para la permanencia de nuestra especie. Después de todo, no creo estar errado si adivino que hay espermatozoides de sobra para futuras generaciones.

Y traigo a colación el tema de la permanencia de nuestra especie por un pensamiento radical que ronda mi cabeza desde hace unos días.
Supongamos esta situación hipotética: En todo el mundo se aprueba el matrimonio igualitario (al menos en el mundo de occidente). Las generaciones actuales se crían bajo estos "nuevos tipos" de familia, de dos padres del mismo sexo. Esos hijos, imaginemos que resultan (como proponen los actuales sectores conservadores de la familia) homosexuales.
Vayamos más allá (y por esto digo radical), imaginemos que dentro de unos cien o doscientos años todo el mundo es homosexual. Cada persona de este planeta es gay.

Bueno, en primera instancia pareciéramos encontrarnos con un grave problema biológico-evolutivo, y lo digo solo en este sentido: el ser humano perderá la capacidad de procrearse. Como en un proceso evolutivo sobrevive el más apto, el ser humano deja de ser apto por no poder reproducirse a sí mismo, debido a las inclinaciones homosexuales de toda la raza.
Pues bien, la solución es basta sencilla. Mediante procesos "de laboratorio" seríamos más que capaces de continuar la permanencia de la especie. Unas parejas de hombres "alquilarían" el vientre de unas parejas de mujeres, a su vez, estas mujeres "comprarían" (o a través del viejo trueque) esperma a esas parejas de hombres.
Oraganización familiar del futuroDe esta manera los hijos serán realmente deseados y solo serán asequibles mediante estos procesos, en donde es necesario la participación de dos pares de padres. Esto da lugar a nuevas interpretaciones de un nuevo y revolucionario modelo de sociedad. Tal vez este hijo sea educado por cuatro personas directas, en vez de tan solo dos. Las ventajas de este proceso educativo y estructural no hace falta mencionarlo: siempre habrá un padre (o madre) dispuesto a pasar tiempo con su hijo. Por otra parte, llegaría a tener unos 16 abuelos. No hay forma de que esa criatura quede desprotegida, sola en el mundo.

A esta altura podríamos decir que el hombre, y lo social mismo, están por sobre lo biológico y natural. Por tanto, poco importa si la humanidad entera se despierta homosexual. La permanencia de la especie está asegurada.

Un último punto: Se muy bien que las familias homoparentales ya existen y funcionan perfectamente. Mi planteamiento se dirige a considerar a este tipo familiar como el exclusivo de la raza humana. Por consiguiente, el mismo tipo de familia homoparental, se vería afectado si todas las familias fueran de ésta única forma (después de todo los bebés no nacen de repollos). Inevitablemente (según yo lo veo) el camino a seguir sería algo parecido al que he planteado más arriba.


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