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Con más de 70 años participará en las Olimpíadas. ¿Y yo qué estaré haciendo a esa edad?

Hiroshi Hoketsu es un jinete que acaba de clasificarse para los juegos olimpicos de Londres de este mismo año (sí, ya estamos en 2012, pasó volando el tiempo), esto no sería noticia si no fuera porque este buen hombre japonés el 28 de este mes de marzo cumplirá, nada menos que 71 años.
Aun así, no es el más viejo de la historia en los juegos olímpicos en competir, el sueco Oscar Swahn lo es, habiendo incluso ganado una medalla de plata en Amberes 1920 (Bélgica) a los 72 años. Aunque, cabe destacar que éste era un tirador y la edad (exceptuando la perdida del pulso) no influye demasiado en su deporte.
La equitación requiere de cierto estado físico y mental para controlar al caballo. Lo se, el caballo es el que realiza el trabajo, aun así.

Hoketsu clasificó al ganar una competencia internacional en Francia, convirtiéndose en el japonés más viejo en participar en las olimpíadas. También participó en la pasada edición de Beijing 2008 a los 67 años. Donde no realizó un buen trabajo, quedando noveno en doma clásica y 35° en la competencia individual.
Y para no dejar nuestro exitismo de lado vamos a decir que no es ningún logro competir tan viejo si no vas a ganar nada. No lo veo así para nada, creo que es un gran logro, una envidia enorme tener tanta pasión por algo, participando y compitiendo en un deporte con tantos años encima, sin que nada importe, hasta que el cuerpo o la mente lo permitan.

Por mi parte, si tengo el placer de llegar a esa edad no me imagino haciendo nada arriesgado ni desgastante. No pretendo tachar cosas de una lista de sueños incumplidos, o «cosas que me faltaron hacer». Creo que cuando llega una cierta edad ya estamos listos y hay que darle lugar a otras cuestiones que se irán presentando a esas edades. Sí me imagino continuando con mis pasiones, pero nada de acciones extraordinarias. No soy deportista, no puedo ponerme en su lugar, pero creo que no podría hacer lo que este hombre está a punto de realizar este año.
Yo me imagino a los 70 leyendo libros, viendo películas, maravillado con la tecnología del futuro. Una lista pendiente de lectura y cosas que quiero ver. De todas formas no creo que vaya a leer algo mejor que «El Quiote» ni ver algo mejor que la saga de «The Godfather».
Por otra parte encuentro un sentimiento encontrado, una suerte de miedo, una cierta ambivalencia por encontrar algo que debería haber encontrado en un punto mucho más temprano de mi vida. Leer un libro que ya debería haber leído, aprendido alguna lección que ya debería saber. Cada momento de la vida es único e irrepetible, no importa cuántas veces lea esta frase, cuantas veces la escuche en malas películas de Hollywood, esa frase es imposible tenerla presente. Lo que haga hoy no lo voy a hacer ni mañana, ni en un año, ni en diez, hoy se fue. Así pasan nuestros días.
Se muy bien que es absurdamente fútil plantearse en qué lugar va a estar uno a tal edad lejana, mucho menos qué es lo que vaya a hacer. Tengo que vivir casi una vez y media lo que he vivido para llegar a ese punto. En el mejor de los casos, claro.

Pero este tipo de noticias motivan y desmotivan de igual manera. Uno siempre termina comparando objetivos y logros o fracasos. Se que ningún titular del año 2055 será: «Un hombre leyó "Guerra y Paz" a los 71 años».
Se muy bien que podría estar leyéndolo en este momento, pero no es el momento ni el lugar, de eso se trata. Ahora tendría que estar leyendo para la facultad, consumiendo inmensas cantidades inhumanas de información (digamos de paso muy justificadamente para generaciones pasadas que no contaban con internet y la curiosidad y el ocio se calmaban más fácilmente) o simplemente procrastinando frente a cualquier pequeña posibilidad, inevitable. Y por cierto, en el medio de todo eso intentando vivir como nuestra cultura nos ha enseñado (que para eso realmente estamos acá)
No hay tiempo para consumir tanta historia, es mi deseo tenerlo a los 70 años.