No hay con que darle. Este estado de somnolencia, sonambulismo, esta difusa linea entre el estar dormido y despierto me predispone. No a correr una maratón, ni a ir a la esquina a ver si llueve.
Es un estado de complacencia intelectual. Sí, así quiero llamarlo.
Uno delira por dentro y por fuera. Los movimientos son justos y no tan necesarios, pero uno los hace igual. Fuma como para alimentar un tren a vapor. Piensa y reflexiona quién sabe qué cosa. Pero lo hace, porque así se dan las cosas. Se siente tan bien en algún punto. Y uno se deja llevar por la mente. Se entrega a ella. Y no estoy hablando en tercera persona. Hablo por mi. Por el uno.
Se complica cuando llega la hora de los pensamientos concretos, "focalizarse en algo". Pero para todo lo demás... existe Mastercard.
Un sueño risueño rudimentario que alimenta y contenta el sin sentido.
Y esta bien, porque así ha de ser, sí. No importa lo que surja, uno libera. Atrás quedó la catarsis obligada. Esto es otra cosa. Esto es un estado. Un estado de animo.
Me gusta el concepto de "Estado de Animo". En este momento rozando el optimismo, pero al mismo tiempo la incoherencia. Pareciera ser asociación libre, pero no lo es.
Va mucho más allá de cualquier categorización, es un sedentarismo sedado. Uno deja fluir las cosas, de la mente a la palabra. Y así sale. No mucho más que eso. Pero mucho más que eso.
Un registro de un estado de animo.
Antes de que me quede dormido.
El otro día en la facultad, en un cartel de un curso de teatro pegado en la pared leí (escrito en dudosa caligrafía y birome) la famosa frase de Nietzsche:
DIOS HA MUERTO.
-Nietzsche.
Y más abajo:
NIETZSCHE HA MUERTO.
-Dios.
Es buenisimo. Estuve riendome solo, un buen rato. El credito y los aplausos a quien corresponda.
Retomando lo que decía en el post anterior, sobre este aspecto VIRTUAL de la palabra del hombre. Quiero referirme a esta palabra. Esta misma con la que estoy escribiendo en un blog. Nada asegura que exista indeterminadamente a través de la historia. Esta palabra que escribo es más vitual que nunca. Esta guardada en un disco rígido en vaya a saber dónde. Ahora la comparto, pero eso es todo. Ni siquiera me pertenece el lugar fisico donde se guarda.
Pero no solo eso.
Y acá recide el meollo del asunto. Esta palabra que escribo ahora es totalmente virtual. Es posible a través de mi computadora y leerla, a través de la de ustedes. Pero si no tuvieramos las computadoras no habría palabra. Y por tanto, por lo que venía diciendo antes, no habría historia.
La historia quedaría atrapada en la dependencia de que en el futuro siga habiendo electricidad y computadoras. En este sentido, nada más etéreo, fugaz y virtual que eso. Algo que esta basado en la incertidumbre futura.
Lo mismo ocurre con lo filmico y lo grabado. Para que en el futuro vean lo que nosotros vimos con la misma objetividad (subjetiva del lente de la camara) lo que nosotros vemos ahora. Es necesario que sigan existiendo reproductores y televisores, sin eso, de nada vale este cúmulo de historia.
Ya no solo que se conserven las palabras virtuales dentro de aparatos fisicos. Ya no solo que esos aparatos fisicos no se dañen, pierdan o rompan. Sino que sigan existiendo los instrumentos para hacerlos funcionar y recobrar la palabra virtual que hay en ellos.
Usted me dirá (tal vez con razón) "Oiga, buen hombre, la tecnología vino para quedarse"
Es cierto, pero también es cierto que dependemos de ese "quedarse" de la tecnología.
No pensamos igual que los egipcios, griegos o romanos. O como en la edad media. Pensamos como hombres modernos. Y como tales, queremos dejar constancia que hemos pisado este suelo. Queremos y pensamos que sabemos cómo ayudar a los "futuristas" para que tengan un buen registro de esta historia. Después de todo nos pasamos intentando descifrar (imaginar y descubrir, también) el pasado. Por tanto con todas estas herramientas a disposición podemos dejar una buena idea de lo que ha ocurrido.
- Primera ley para la historia pasada del futuro: Que siga habiendo mundo.
- Segunda ley: Que siga habiendo seres humanos.
- Tercera Ley: Que exista esta misma (o mejorada) tecnología.
- Cuarta Ley: Que toda la información se conserve.
Y los discos rigidos no se pueden leer ni escuchar.
Hace unos días murió la ultima sobreviviente del Titanic. Esperen un momento, no es lo que parece, porque esta mujer tenía apenas 2 meses cuando se hundió el Transatlántico. Y acaba de morir a los increíbles 97 años. De hecho subastó cosas pertenecientes al Titanic para pagarse el jeriatrico. Tan así es la cosa.
Titanic, además de ser una de las películas más caras de la historia, en recaudar cifras multimillonarias por todo el mundo y contar con el protagonico de un joven Leo Di Caprio, fue un barco que zarpó de Inglaterra rumbo a New York el 10 de abril de 1912. Y como ya todos sabemos se hundió luego de chocar contra un iceberg el 15 de abril de 1912.
Lo interesante de todo esto, o al menos para mí, es que ya está.Por más que esta señora nada puede decirnos ni del Titanic, ni del naufragio, ni nada relacionado con el viaje porque tenía tan solo 2 meses de vida. Evidentemente mucho menos puede decirnos ahora que esta muerta.
Es historia. Solo quedará en papel.
Esto mismo pasa con muchos eventos de nuestra historia contemporánea, pero al menos yo, no los percibo o no les llego a prestar la importancia que se merecen.
Y es que en realidad el Titanic se acaba de hundir, cuando esta señora murió.
El naufragio acabó recién ahora. El resto es historia.
Indudablemente se obtuvo mucho material histórico de los sobrevivientes (cuando aun vivían) No soy un conocedor del tema, tan solo quiero remarcar la instancia simbólica de la muerte de la última sobreviviente del Titanic. 1912 fue hace un siglo. Una eternidad. En este siglo pasado pasaron muchas cosas.
No se cuando murió el último sobreviviente con uso de razón del Titanic. Tampoco importa demasiado. Lo que importa es lo que representa que ya nadie quede vivo de aquella tragedia.
Repito, lo mismo pasa con cualquier evento importante de nuestra historia contemporánea. Lo mismo ocurrirá con los sobrevivientes del holocausto y tantos otros hechos históricos. Luego vendrán los historiadores (que por cierto tienen infinidad de recursos más que los de antaño) con sus buenas o malas interpretaciones intentando contar al mundo qué pasó en tal época.
Porque si bien es cierto que "la historia la cuentan los vencedores" o "la clase dominante", es muy cierto también que hoy sobran recursos para dejar constancia de qué aconteció por estos tiempos. Dejando sí, lugar a la interpretación del historiador, pero de ahora en más se reduce el "campo interpretativo". Podrán tener diferentes puntos de vista sí. Pero hay una historia que no podrá negarse desde ningún lugar y es justamente la palabra (en todas sus formas actuales) del hombre que vivió un determinado hecho histórico.
Ahora hay otro punto que, cuanto menos, me incomoda y es que estos "nuevos recursos" de los que hago mención son VIRTUALES. No existen físicamente, sino que, solamente cobran "existencia" mediante una tecnología determinada.
Pero eso lo dejo para la próxima.



