La Ironía de las Naciones

0 comentarios
Por: | En:
27 septiembre 2011

[Monopoly rico y bancarrota, asustado]Ningún término o concepto alcanza o calza para denominar el problema del hambre a nivel mundial. Empecemos por reconocer que hay una cantidad impresionante de gente que muere de hambre en el mundo (mayormente niños). Reconozcamos también que a pesar de haber distintos niveles de desnutrición y que en nuestros países mueren chicos desnutridos y de enfermedades ridículas que podrían curarse con unas pocas vacunas (que generalmente se debe a ignorancias y otras cuestiones culturales), podríamos poner el foco en el continente Africano y que aún dentro de él hay países más bien específicos en los cueles encontrar los mayores niveles de hambruna en el mundo. Pues bien, la primera y obvia pregunta es: ¿Por qué muere la gente de hambre?
El concepto biológico lo tenemos bien claro, debemos alimentar nuestro cuerpo y darle agua. Tan sencillo como eso, sin eso nuestro cuerpo muere. No solo eso, sino que las cosas que ingerimos deben tener cierta calidad, buen estado y demás. Es decir, el agua debe ser potable y el alimento entre tantas otras cosas debe desde no estar vencido o rancio hasta que posea ciertos nutrientes y variedad.
Pero luego se presenta la cuestión cultural, la estructura de las sociedades, sus bases, cómo se conforma, hacia dónde se dirige. Una nueva gama de complejidades se presentan desde este otro punto de vista. Vivimos en un mundo increíblemente globalizado, hace muchos años dejamos de ser simples recolectores y cazadores; y otros tantos que dejamos de ser carroñeros (aunque quizás por eso del eterno retorno aún hoy algunos se alimentan de las miserias de otros). Entonces, en este mundo tan globalizado el alimento se compra, claro que siempre habrá otras alternativas, pero el dinero es la clave en todo esto.
Veamos: Cada Estado produce lo que consume o lo importa, en caso de no poder producirlo o de no poder hacerlo en la cantidad necesaria. Por otra parte, una producción en exceso se exporta. Todo eso lo mueve el dinero. El trueque quedó cientos de años atrás, en vez de cambiar una vaca por dos cerdos lo que tengo que hacer es vender la vaca al mercado, para luego poder comprar dos cerdos. El dinero aparece como intermediario para poder comprar una vaca o dos cerdos a pesar de que yo produzca algo que no tiene absolutamente nada que ver con esa actividad. Si yo fabrico mesas o presto algún servicio para ganar dinero luego voy a poder comprar animales y lo que quiera con el dinero que gane trabajando.
El mercado no es otra cosa que el colectivo de personas de la vida cotidiana que demandan y ofertan por distintos productos y servicios, haciendo que estos suban o bajen su precio.
Uno de los problemas surge cuando no puedo fabricar o dar servicio, bien porque el mercado está lleno de aquello que puedo ofrecer, bien porque no hay mercado para adquirir aquello que quiero ofrecer, etc. Cuando esto ocurre esa persona queda desempleada y por tanto no tiene forma de obtener ingresos. Debido a como están formadas las sociedades, sin dinero no puede adquirir alimento. A esta gente les queda una posibilidad más y es que el Estado intervenga de alguna manera. No voy a analizar los diversos recursos que posee un Estado para corregir el rumbo de sus habitantes pobres, pero existen muchos impuestos recaudatorios que se utilizan para conducir ese caudal de dinero a los sectores afectados.

Claro que intervienen una inmensa cantidad de complejos factores en todo esto, pero la historia resumida es esa. En definitiva por una u otra razón hay países que se ven en puntos extremadamente bajos en el sentido de que sus habitantes son muy pobres y no solo no llegan siquiera a poder comprar alimento, sino que ese mismo país no puede dar respuesta a sus habitantes por un suceso histórico que los trajo a esta triste realidad. Cambiar la realidad para estos países, históricamente golpeados, se torna muy difícil. Cuando la mortalidad infantil y la hambruna alcanzan niveles tan alarmantes otros países mejor constituidos tratan de auxiliarlos de alguna manera y en cierta medida. Pero lo cierto es que en muchos países se preocuparán por cómo fabricar un automóvil más rápido o hacer un LCD de más pulgadas, en otros se preocuparán por cómo evitar que sus niños mueran de hambre o enfermedades evitables. Por ejemplo, en algunas regiones de África no tienen dinero para adquirir unos metros de «tela mosquitera» para evitar a los mosquitos hembras que transmiten el paludismo (o malaria) El sur de Africa es el más afectado y mueren en total 1,3 millones de personas al año, de esa cantidad, el %90 son niños menores de 5 años.
En Etiopía, mientras escribo esto se preocupan por la sequía que los acecha desde hace 2 años, esperando que lleguen camiones cisternas de la UNICEF para paliar la situación lamentable de ese país.

Esta entrada no es más que una breve y simplificada visión de cómo funcionan algunos aspectos del mundo para luego poder adentrarme en otras cuestiones ligadas a la condición actual de los países. Quiero introducir el concepto de ironía, que atraviesa la presente situación en que nos encontramos. Ironía tal vez desde una cierta inocente mirada, dada la complejidad y trama de los sucesos mundiales. Pero ironía al fin.

Vale decir también que esta serie de posts van a ser tratados como la serie sobre la moral. Los comentarios van a ser tenidos en cuenta para una «conclusión-conjunta» final. El próximo post tal vez aclare un poco más a lo que me refiero y para entender adónde quiero llegar con el término ironía.


0 Comentarios
Publicar un comentario

Cualquier cosa que tengas para decir vale...
Aunque cualquier tipo de SPAM descarado será eliminado inmediatamente.

Creative Commons License