La fe es un concepto muy general, de muy amplio sentido, que recorre el interior de la mente de muchas personas. Ahora bien, yo digo mente pero otros dirán que se ubica en el alma, el corazón, etc. Esto en primer término me permite señalar que no se trata de un proceso completamente racional, como tal podría decirse que es puramente subjetivo. No hay nada objetivo en la fe, pues cada uno «la siente» a su manera, cada persona la interpreta y la expresa de acuerdo a lo que entiende por fe. ¿Por qué hablo de interpretar y expresar? Pues, porque la fe primero se interioriza, se procesa dentro nuestro para luego poder expresarla. Con esto no me refiero a que uno vaya por la calle cantando «Yo tengo Fe que todo cambiará» como Palito Ortega, sino a algo tan sencillo como pensar por cuenta propia «yo puedo, me tengo fe». Pero a ese pensar se le añade un «extra» que viene de otro lado, pues uno no razona todas y cada una las alternativas, evaluando todos los detalles, uno tan solo sabe que va a poder hacer tal o cual cosa. Confía en sí mismo, se tiene fe.
El significado de fe abarca tanto, pero también aprieta otro tanto. Cuando uno tiene fe en algo se compromete, muchas veces sin darse cuenta. Es lo que lo lleva a uno a superar los distintos objetivos que se le presentan diariamente en cada ámbito de su vida. Puede traducirse desde autoestima a entregarse devotamente en cuerpo y alma a algún Dios. Se que es inevitable ligar la fe a la religión, pero es mucho más que eso, sobrepasa ciertamente los limites de creer que existe algún Dios.
Ahora bien, yo soy ateo y sin embargo no soy nihilista. ¿Por qué? Porque tengo fe (aprovechándome de su amplio sentido), creo que la fe es la linea que divide el ateo del nihilista, pues la fe evoca a la esperanza y ciertas creencias (terrenales) que el nihilista no puede tener como tal. Yo creo en el amor, la amistad, la ética de los hombres, algunos valores, códigos, etc. Más de una vez me he dado la cabeza contra la pared por creer en estas cosas, más de una vez me defraudaron, aun así sigo teniendo fe.
Cuando hablo acerca de la religión con mi vieja (madre) ella siempre termina la discusión con la frase «En algo tenés que creer», mi corta respuesta a través de los años ha sido «creo en mi mismo», respuesta que aparentemente nunca le bastó. Este post sería la versión larga del asunto.
Y es que uno cree en muchas cosas, erróneamente se piensa de inmediato que la fe se trata de dogmas, Dioses y demás sacramento. Por ejemplo (no vayamos tan lejos) esto que estoy escribiendo acá y ahora está motivado por muchas razones, en primer lugar porque me encanta escribir y tengo este blog, segundo porque a través del blog de Adrián me enteré que Senovilla y Ángel Cabrera decidieron dedicarle hoy 8 de octubre un día a la fe, de manera que todos los que quieran escriban sobre este tema en particular. Lo estoy haciendo y entre otras razones lo estoy haciendo (como ya debe intuir el lector atento) porque tengo fe de que alguien va a leer esto. En que realmente alguien va a detenerse unos minutos a leer, si así no fuera no estaría escribiendo cosa alguna. Si bien existen razones lógicas para que haya gente leyendo, yo tengo fe (espero, confío, quiero) de que estas palabras están siendo leídas y en el mejor de los casos atendidas y entendidas.
Y es que hay fe para todos los gustos, está el apostador que tiene fe en la suerte (decir esto roza la redundancia), el que aprobará un examen, el que invertirá dinero para poner un negocio, el que se acerca a una bella señorita con serias intenciones de conquistarla.
Queda demostrado al menos de mi parte y desde mi punto de vista, que un ateo y pesimista como yo puede tener fe en muchas cosas. ¡¿Entendés ahora mamá?!
Por último decir que quería formar parte de esta iniciativa para seguir alimentando la blogosfera, citando a Senovilla «para que sobreviva a las redes sociales». Espero que muchos se animen y formen parte de esto.
Tengo Fe.
Voy a decir una pocas palabras sobre Steve Jobs, ya bastante se dijo, se va a decir y se estará diciendo en los próximos días sobre la vida y obra de este genio. No voy a hablar sobre las cosas que no me gustaron de él porque sería inoportuno e innecesario de mi parte. Me quiero enfocar en otra cosa: en el hecho de que murió unos de los hombres que inventó la tecnología, moda, forma, concepto y demás de la manera en que vivimos. Es decir, es de los pocos lideres del ambiente tecnologico, de ese puñado de hombres que marcan tendencia, que saben como hacerlo o al menos lo que representan dentro del ambiente, a nivel simbólico. Se me ocurre pensar en Bill Gates (Microsoft), Sergey Brin, Larry page (Google), otro más joven como Mark Zuckerberg (Facebook) entre unos pocos más. A lo que apunto es que estos hombres son líderes en lo que hacen y necesariamente surgirán otros, pero no es solo un trabajo más. Se requiere de un talento muy especial, ese talento es lo que va dejando marcas en la historia en el ambiente que se desenvuelve. Pero bien, esta historia es bien reciente y acaba de fallecer uno de sus pioneros.
Entonces me quedé pensando en cómo va a evolucionar la tecnología cuando estos importantes personajes ya no estén entre nosotros. Por ejemplo, el evento Apple de hace apenas dos días fue bastante decepcionante para «el mundo tecnológico» porque se esperaba más en cuanto a nuevos productos de la marca. El inconveniente es que ahora no esta Steve Jobs para sacar un as debajo de la manga. Ya no está el líder que se las ingeniaba para idear algo sorprendente, entonces cuesta creer que Apple siga en punta como lo venía haciendo. Lo mismo entiendo que puede llegar a suceder con todas las otras compañías con sus respectivos líderes. El tiempo lo dirá.
Por otra parte Jobs estaba entre las 110 personas más ricas del mundo, con una fortuna de 8.300 millones de dolares. Fue cofundador y presidente ejecutivo de Apple, compró Pixar, (cuando la empresa estaba por cerrar) luego se convirtió en el máximo accionista individual de The Walt Disney Company. Año tras año innovó en la rama tecnológica: iPod, iPhone, iPad. Lo tenía todo y siempre iba por más.
Steve Jobs murió de cáncer a los 56 años.
No hay mucho más para agregar. Llamemoslo ironía, «cosas de la vida» o como quieran. Hay cosas que siguen siendo inevitables.
Como buen líder que era sabía motivar muy bien a sus grupos de trabajo y dejó muy buenas frases de inspiración. Seleccioné sus 15 mejores frases y estas dos me parecen sencillamente geniales:
- «Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué quieres convertirte realmente. Todo lo demás es secundario».
- «Me he mirado en el espejo todas las mañanas preguntandome: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?"
Y si la respuesta era "No" durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo».
En esta última parte quisiera ocuparme de imaginar soluciones radicales de ciencia ficción que raramente puedan implementarse ni en un futuro cercano ni lejano. Me refiero a situaciones que podrían presentarse en una especie de utopía inimaginable. Lo único que me propongo entonces, es realizar un mero ejercicio imaginativo.
El punto de esto es que siempre me interesaron los cambios éticos, morales, epistemologicos y demás a través de las generaciones. El cómo deben adaptarse las sociedades a los cambios inherentes a toda humanidad al pasar los años y al aparecer nuevas cuestiones por nuevos inventos, tecnologías y toda otra producción del hombre. Ejemplos claros son la aparición de internet, telefonía móvil, etc.
Estos avances tecnológicos muchas veces nos llevan a terrenos impensados, sabemos eso de sobra, pero nunca sabremos cuál será el límite. En este sentido, ¿por qué no se desarrollaron aun tecnologías capaces de solucionar los problemas de hambruna del mundo? Peor aún, ¿por qué cuando imaginamos el futuro jamás nos preocupamos por lo mucho que podrían ayudar esas invenciones de ciencia ficción a la gente que muere de hambre?
Clonación:
Muy pocas son las veces que se argumenta que la clonación podría ayudar con el problema de la malnutrición (debería ser el principal motivo a favor). Está claro que tanto los distintos Estados, como los científicos del mundo no pueden progresar mucho con la clonación debido a preceptos religiosos y reclamos de los conservadores. Ninguno da respuesta a por qué negarse a solucionar muchos problemas clonando animales, como las vacas, cerdos y demás, que tan buena respuesta sería al problema del alimento mundial. Siempre que surge este tema aparecen vetustos argumentos ridículos en contra, muchos son éticos, entendibles y que deberán ser analizados en su momento, pero otros son del estilo «Dios es el único que puede crear vida».Alimento artificial de bajo costo
Ligado a lo anterior. Me refiero a la creación de alimento artificialmente, pequeñas píldoras que pueden convertirse en grandes banquetes. Cosas de este estilo siempre estuvieron presentes en historias de ciencia ficción. No se cuán posible puede llegar a ser esto, de hecho debe haber alguna ley de la física o química que lo prohíba, pero no quiero detenerme en esos «pequeñisimos detalles», yo quiero remarcar que nunca vi que esas píldoras o pastillas milagrosas de alimento se hayan pensado para evitar la muerte por hambre en los países más pobres.Por otra parte, si este tipo de tecnología lleva a que el alimento necesario esté fácilmente al alcance de las personas, la economía del mundo sufriría una crisis como nunca antes vista. Pues los valores de los «verdaderos alimentos» comenzarían a bajar estrepitosamente afectando muchos intereses. No solo económicos sino también laborales, pues mucha gente ya no podría vivir de la industria agropecuaria y de la fabricación de cualquier tipo de alimento (con excepción claro de la grandes marcas, debido a la calidad de sus productos). Sería imposible trasladar esos trabajadores a las fabricas de las «pastillas mágicas», donde seguramente todo el trabajo lo realicen maquinas.
Me imagino esta situación, pero puede aplicarse a cualquier otro tipo de solución radical «un poco mágica» que choque con el funcionamiento del mundo tal como lo conocemos. Pienso ahora por ejemplo, en lo que podría llegar a ser la carne sintética en un futuro (algo lejano creo yo) de poder concretarse su producción en toneladas (recomiendo leer el articulo que enlazo sobre la carne sintética). A veces la ciencia ficción nos va llegando de a poco.
Luego de la muy breve y simple introducción que hice antes, ahora quisiera introducir el término ironía en toda esta situación. Mientras toda esa gente muere de hambre, en otro lugar del planeta otra gente muere de sobrepeso. Mientras mucha gente camina desnutrida sin fuerzas, mucha otra gente sigue dietas estrictas para bajar de peso. Mientras en tantos países se tira la comida, en tantos otros escasea. Mientras algunos se quejan de que no le entra la ropa por estar «gordo», otros no tienen ropa que ponerse.
Entonces, ¿por qué ironía y no catástrofe? Bueno pues, porque el mundo funciona así. Desde las primeras monarquías y aristocracias hasta la burguesía y el neoliberalismo. Podría decirse superficialmente que en la naturaleza vale la «ley del más fuerte» y en la cultura la «ley del mercado». Hubo, hay y seguirán apareciendo intentos para cambiar esa realidad, pero el mundo está en marcha hace rato, así funciona.
Arte con comida:
Siguiendo con las ironías (que las hay por todas partes) el otro día comentaba en un articulo en el blog Panoramica del Observador (que fue lo que me llevó a escribir sobre este tema) y al rato de quedarme pensando sobre la situación actual del mundo me encontré con este otro articulo que relata y festeja el arte de Carl Warner, colocando fotos de sus trabajos. En realidad es una genialidad, bien pensado y bien elaborado, pero eso no quita el hecho de tratarse de desperdiciar alimentos. Dejo en claro que tomo esto como ejemplo, que es bien gráfico, de todo lo que representa hacer cualquier tipo de arte con la comida y eso también incluye la «Alta cocina»Ahora bien, la parte en donde cambiamos dinero por «cosas» (alimentos inclusive, desde ya) quedó bastante clara. Nada prohíbe que este buen hombre realice su arte con pan, fiambres, verduras y demás. Él lo único que está haciendo es adquirir esos productos, porque puede, luego él decide si comerlos, hacer arte o arrojarlos a los actores de una mala obra de teatro. El mundo funciona así, uno compra las cosas que puede y quiere, luego hace lo que desee con ellas. Algunas de esas cosas van a estar prohibídas, por ejemplo: no puede comprar un revolver y salir a matar gente al azar por la calle. Sin embargo, sí puede ir a comprar 1 kilo de carne y tirarlo a la basura en cuanto llega a su casa. Nada en el mundo se lo impide porque pagó por ello. De esta misma forma se puede hacer arte con un kilo de carne, aun así me resulta un despropósito. Sigue siendo una ironía igual que las otras, pero lo veo más grave aun; es decir, se pone de manifiesto lo mucho que desperdiciamos los alimentos y se deja registrado con el frío lente de una cámara el desparpajo de un artista de «primer mundo».
De todas formas ¿podemos maltratar al artista que hace este tipo de cosas? ¿Acaso el mundo no se nos presenta así?
Ningún término o concepto alcanza o calza para denominar el problema del hambre a nivel mundial. Empecemos por reconocer que hay una cantidad impresionante de gente que muere de hambre en el mundo (mayormente niños). Reconozcamos también que a pesar de haber distintos niveles de desnutrición y que en nuestros países mueren chicos desnutridos y de enfermedades ridículas que podrían curarse con unas pocas vacunas (que generalmente se debe a ignorancias y otras cuestiones culturales), podríamos poner el foco en el continente Africano y que aún dentro de él hay países más bien específicos en los cueles encontrar los mayores niveles de hambruna en el mundo. Pues bien, la primera y obvia pregunta es: ¿Por qué muere la gente de hambre?
El concepto biológico lo tenemos bien claro, debemos alimentar nuestro cuerpo y darle agua. Tan sencillo como eso, sin eso nuestro cuerpo muere. No solo eso, sino que las cosas que ingerimos deben tener cierta calidad, buen estado y demás. Es decir, el agua debe ser potable y el alimento entre tantas otras cosas debe desde no estar vencido o rancio hasta que posea ciertos nutrientes y variedad.
Pero luego se presenta la cuestión cultural, la estructura de las sociedades, sus bases, cómo se conforma, hacia dónde se dirige. Una nueva gama de complejidades se presentan desde este otro punto de vista. Vivimos en un mundo increíblemente globalizado, hace muchos años dejamos de ser simples recolectores y cazadores; y otros tantos que dejamos de ser carroñeros (aunque quizás por eso del eterno retorno aún hoy algunos se alimentan de las miserias de otros). Entonces, en este mundo tan globalizado el alimento se compra, claro que siempre habrá otras alternativas, pero el dinero es la clave en todo esto.
Veamos: Cada Estado produce lo que consume o lo importa, en caso de no poder producirlo o de no poder hacerlo en la cantidad necesaria. Por otra parte, una producción en exceso se exporta. Todo eso lo mueve el dinero. El trueque quedó cientos de años atrás, en vez de cambiar una vaca por dos cerdos lo que tengo que hacer es vender la vaca al mercado, para luego poder comprar dos cerdos. El dinero aparece como intermediario para poder comprar una vaca o dos cerdos a pesar de que yo produzca algo que no tiene absolutamente nada que ver con esa actividad. Si yo fabrico mesas o presto algún servicio para ganar dinero luego voy a poder comprar animales y lo que quiera con el dinero que gane trabajando.
El mercado no es otra cosa que el colectivo de personas de la vida cotidiana que demandan y ofertan por distintos productos y servicios, haciendo que estos suban o bajen su precio.
Uno de los problemas surge cuando no puedo fabricar o dar servicio, bien porque el mercado está lleno de aquello que puedo ofrecer, bien porque no hay mercado para adquirir aquello que quiero ofrecer, etc. Cuando esto ocurre esa persona queda desempleada y por tanto no tiene forma de obtener ingresos. Debido a como están formadas las sociedades, sin dinero no puede adquirir alimento. A esta gente les queda una posibilidad más y es que el Estado intervenga de alguna manera. No voy a analizar los diversos recursos que posee un Estado para corregir el rumbo de sus habitantes pobres, pero existen muchos impuestos recaudatorios que se utilizan para conducir ese caudal de dinero a los sectores afectados.